Suelos de interior

Los suelos vinílicos y los laminados AC5 son excelentes opciones, ya que son resistentes a arañazos, golpes y humedad. Además, muchos modelos cuentan con superficies antideslizantes y de fácil limpieza, ideales para garantizar la seguridad de los niños y la comodidad de las mascotas.

El gres porcelánico y los suelos laminados de alta resistencia (AC4 o AC5) son los más duraderos. Son perfectos para zonas de alto tránsito como salones, pasillos y cocinas, ya que soportan mejor el desgaste, la humedad y las manchas sin perder su aspecto original.

Sí, los suelos laminados y vinílicos autoadhesivos o en clic pueden instalarse sobre superficies existentes, siempre que sean lisas y estables. Esto evita obras innecesarias y facilita una renovación rápida del espacio, sin necesidad de retirar el suelo anterior.

Los suelos de madera natural, el parquet envejecido o el gres imitación piedra o madera son perfectos para un estilo rústico. Estos materiales aportan calidez y carácter a cualquier estancia, combinando resistencia con una estética natural y atemporal.

No es recomendable, ya que la madera natural absorbe humedad y puede dañarse con el tiempo. Para estos espacios, lo mejor son los suelos vinílicos impermeables o los porcelánicos imitación madera, que ofrecen la estética de la madera con mayor resistencia al agua.

Sí, los suelos cerámicos con acabado rugoso, los porcelánicos texturizados y los vinílicos con superficie antideslizante reducen el riesgo de caídas. Son perfectos para baños, cocinas y hogares con niños o personas mayores, ya que ofrecen mayor seguridad al caminar.

Depende del material y su mantenimiento. Un suelo laminado de calidad puede durar entre 15 y 25 años, los suelos vinílicos hasta 20 años, y un parquet bien cuidado más de 50 años, ya que se puede lijar y barnizar varias veces.